Qué es el cannabis medicinal

El uso del cannabis medicinal y la proliferación de los beneficios terapéuticos de la marihuana están en boga. Cannabis medicinal, marihuana terapéutica, cannabidiol, CBD… ¿Quién no ha oído mencionar alguno de estos términos últimamente?

En dosemociones hemos visto cómo el interés de los pacientes por el uso de la marihuana medicinal ha ido creciendo en los últimos años, y sin embargo, sigue existiendo una gran falta de información sobre su uso terapéutico. Por este motivo hemos preparado este artículo: para ayudaros a conocer qué propiedades terapéuticas tiene la marihuana, y para qué enfermedades puede resultar beneficiosa.

Qué es el cannabis

El cannabis es una especie de plantas cuyo nombre científico es Cannabis sativa L. Y sí, se refiere a esa planta comúnmente conocida como marihuana. A grandes rasgos se trata de una planta arbustiva compuesta por un tallo con ramificaciones laterales en cuyas ramas brotan hojas (ese mítico símbolo) y, si se trata de una planta hembra (que son la que nos importan cuando hablamos de propiedades medicinales), también tendrá flores, o cómo se denominan en el caso del cannabis, cogollos, donde se sintetizan y acumulan los cannabinoides en mayor proporción.

Como toda especie de plantas hay muchos tipos de cannabis dentro de la gran familia de Cannabis sativa L. Estarían el cannabis índica, el cannabis ruderalis o el cannabis sativa, entre otros. Pero, ¿por qué es el cannabis una planta tan especial? 

Porque es una planta con una composición química única: es la única especie de plantas capaz de sintetizar unas moléculas denominadas fitocannabinoides, que son unos compuestos muy similares a otros que producimos nosotros (los endocannabinoides), y que por tanto pueden interactuar favorablemente con nuestro propio organismo, si se emplean de la forma adecuada.

Se sabe que el cannabis contiene más de 160 cannabinoides, los más estudiados hasta la fecha han sido el THC y el CBD, que os explicaremos más tarde. Y la mayor parte de estos principios activos están en las flores de la planta, los cogollos (recordemos que sólo florecen las plantas hembras: si queremos encontrar propiedades medicinales en el cannabis tenemos que fijarnos exclusivamente en las chicas).

Por qué el cannabis tiene beneficios medicinales

Para entender las propiedades terapéuticas del cannabis tenemos que tener presente que estas propiedades se deben a algunos de compuestos activos de la planta, fundamentalmente los cannabinoides. Pero estos beneficios no se limitan a esas moléculas, la planta también contiene terpenos y flavonoides capaces de ofrecer efectos terapéuticos adicionales. La posibilidad de aprovechar dichos efectos se debe a la capacidad de nuestro cuerpo de asimilar y responder a estos compuestos activos.

¿Cómo es eso posible? 

Porque todos los seres humanos y demás animales, del mismo modo que tenemos un sistema nervioso (del que seguro que habréis oído hablar), tenemos un sistema de comunicación intracelular y de neurotransmisión llamado sistema endocannabinoide.

Este sistema es responsable de que el cannabis tenga propiedades terapéuticas sobre nosotros, ya que es capaz de recibir los “mensajes” que transmiten los fitocannabinoides. Dichos principios activos interactúan con vías de señalización bioquímica de suma importancia, implicadas en una amplia variedad de procesos fisiológicos. Entre estos procesos está modular el dolor, la alegría, el apetito o la movilidad.

Por tanto, las propiedades terapéuticas del cannabis se deben tanto a los propios compuestos activos de la planta, los fitocannabinoides, como a la capacidad de nuestro organismo de asimilarlos gracias al sistema endocannabinoide.

El sistema endocannabinoide 

El sistema endocannabinoide cuenta con una red de receptores en nuestro organismo que se distribuye por el cerebro, el sistema nervioso y el sistema inmunológico, entre otros. Esta red es capaz de recibir mensajes de dos tipos de moléculas: los endocannabinoides, es decir, cannabinoides producidos dentro del cuerpo; y los fitocannabinoides, cannabinoides producidos por el cannabis.

Este sistema se encarga, entre otras cosas, de autorregular nuestros niveles de azúcar o nuestra temperatura corporal, e influye en nuestra capacidad motora o en nuestra reacción al dolor, como puede verse en este vídeo producido por uno de los principales colaboradores de dosemociones, la Fundación Canna

Fue descubierto en 1990 cuando se estaba estudiando cómo el THC, principal cannabinoide de la planta de cannabis, actuaba en el cerebro de los ratones. Al trasladar el estudio a los humanos, los científicos descubrieron que nuestro organismo tenía sus propios receptores de THC: estaban localizados en el sistema endocannabinoide, del que no se sabía nada hasta la fecha. 

También forman parte pues del sistema endocannabinoide esas moléculas que produce el cuerpo humano por sí mismo y que son muy similares a las producidas por el cannabis. El más famoso de estos endocannabinoides, y el primero que se descubrió, es la Anandamida, conocida también como la molécula de la felicidad, debido al bienestar que provoca por su papel fundamental en la regulación de los mecanismos de placer y motivación.   

CBD y THC, los principales cannabinoides empleados en los tratamientos de cannabis medicinal

El CBD y el THC son, hasta la fecha, los grandes protagonistas de la planta de cannabis. El THC, cuyo nombre completo es tetrahidrocannabinol, ha sido el encargado de hacer famosa a la marihuana y también de darle esa mala imagen asociada al efecto psicoactivo que provoca. El CBD, cuyo nombre completo es cannabidiol, ha sido el precursor de todo lo contrario y ha llegado al rescate del THC para lavar la imagen del cannabis y convertirla en una planta, no ya de minorías rebeldes, sino de masas populares. 

Pero eso de “THC malo, CBD bueno” es una imagen sesgada que no hace justicia a las propiedades de ninguno de estos dos fitocannabinoides. Os explicamos las características generales de cada uno de estos dos principios activos y sus propiedades. 

CBD o cannabidiol: el cannabinoide sin efectos psicotrópicos

El CBD o cannabidiol es un cannabinoide que no produce efectos psicotrópicos y que, además, puede contrarrestar los producidos por el THC por la modulación alostérica que ejerce. 

Habréis oído hablar de él porque en España es ya frecuente encontrar sus extractos (aceites, cápsulas, infusiones, supositorios o cremas) en herboristerías, farmacias e incluso en esas tiendas especializadas en CBD que tanto están proliferando en todas las ciudades. 

Saltó a la fama mundial en 2013, cuando la cadena de televisión CNN emitió un reportaje sobre cómo el CBD estaba mejorando la calidad de vida de Charlotte Figi, una niña estadounidense que padecía una epilepsia refractaria muy poco frecuente, y que falleció en 2020. Los efectos del cannabidiol conquistaron entonces al mundo entero, y así  la marihuana empezó, muy lentamente, a ser motivo no sólo de críticas sino también de halagos. 

Pero con los años, los distintos estudios han indicado que las propiedades anticonvulsivas del CBD no son las únicas que posee. Detallamos a continuación algunas de sus propiedades, y las relacionamos con algunas enfermedades para las que podrían ser potencialmente beneficiosas.

Propiedades medicinales del CBD y para qué enfermedades podrían ser beneficiosas 

  • Anticonvulsivas: disminuye la gravedad y/o la frecuencia de los ataques epilépticos.

  • Relajantes musculares: disminuye la espasticidad del cuerpo aliviando la tensión y rigidez muscular propia de enfermedades tales como el párkinson, la esclerosis múltiple, la artritis o el reuma.

  • Neuroprotectoras: protege la degeneración neuronal en enfermedades neurodegenerativas tales como el alzheimer, la ELA o el párkinson. 

  • Ansiolíticas: contrarresta el estrés y la depresión.

  • Analgésicas: mitiga el dolor. 

  • Antiinflamatorias: el efecto antiinflamatorio es deseable en prácticamente cualquier enfermedad. Dicho efecto puede traducirse en un bienestar sintomático en patologías tan dispares como la esclerosis múltiple, la artritis, el reuma, la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn y otras enfermedades inflamatorias intestinales. El efecto antiinflamatorio puede mitigar también las molestias causadas por las migrañas.

  • Antipsicóticas: contrarresta los efectos psicotrópicos del THC. 

  • Antioxidantes: mitiga los efectos del envejecimiento fisiológico.

  • Sebo reguladoras e hidratantes en la piel: al administrarse por vía tópica disminuye los excesos de grasa en la piel propios del acné,  los eczemas (propios de las pieles atópicas), o la psoriasis.

  • Antieméticas: reduce las náusea y vómitos propios de los efectos adversos de la quimioterapia.

  • Antitumorales: inhibe el crecimiento de algunas líneas celulares cancerosas de pulmón o de cáncer de colon y, combinado con el THC, es capaz de matar células cancerosas de glioblastoma.

Hitos del CBD o cómo el cannabidiol está haciendo historia

El cannabidiol ha sido objeto de debate en prestigiosas instituciones internacionales. La Organización Mundial de la Salud, la Agencia Mundial Antidopaje o el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea se han posicionado a su favor debido a que no se trata de una sustancia psicoactiva, adictiva, o nociva para la salud y a que posee propiedades medicinales. 

OMS: En 2017, el Comité Experto en Drogodependencia de la Organización Mundial de la Salud redactó un informe en el que afirmaba que "el CBD no es adictivo", "no produce efectos psicoactivos o cardiovasculares" adversos, "no presenta riesgos individuales ni sociales" y posee "prometedores usos terapéuticos". 

Agencia Mundial Antidopaje: En 2018, este organismo internacional sacó el CBD de la lista de sustancias prohibidas para los deportistas profesionales.

Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea: En 2020, este tribunal dictó una sentencia contra una compañía francesa, que había sido previamente condenada por un tribunal francés, donde emitía que “un Estado miembro no podrá prohibir la comercialización del cannabidiol (CBD) legalmente producido en otro Estado miembro si se extrae de la planta de Cannabis sativa en su totalidad y no solo de sus fibras y semillas”.

THC o tetrahidrocannabinol: el cannabinoide psicotrópico

El THC, cuyo nombre científico es tetrahidrocannabinol, es un cannabinoide más polémico, pero no por ello menos efectivo para algunos problemas de salud. La desventaja del THC es que produce efectos psicotrópicos. El tipo de efecto dependerá de la dosis consumida, la constitución de la persona, su tolerancia, su edad, su estado de ánimo o su sexo, entre otros muchos factores.

Estas sensaciones adversas pueden ser la ansiedad, la taquicardia o el pánico, por ejemplo. Además, suele provocar habitualmente cansancio, sequedad bucal o somnolencia. La buena noticia es que estos efectos adversos pueden contrarrestarse con el consumo simultáneo de CBD, por la capacidad moduladora que posee.

Por eso, si necesitamos de los efectos positivos del THC, pero queremos librarnos de los negativos resulta interesante combinar ambos cannabinoides empleando cepas de cannabis que tengan niveles similares de ambos, o bien combinando cepas ricas en THC con otras que posean alto contenido en CBD.

El CBD no solo puede reducir el efecto psicotrópico, también puede mitigar otros efectos secundarios indeseables como la bajada de la tensión arterial. Sin embargo una reducción completa no siempre es factible, y en algunos casos el paciente debe establecer su propio punto de equilibrio entre efectos beneficiosos y efectos secundarios, igual que ocurre con tantas otras medicaciones. 

Como comentábamos al principio del artículo, el Cannabis sativa L. es una especie de plantas muy amplia, y, a día de hoy, la investigación en breeding ha permitido crear cepas a la carta. O sea que existen ya plantas de cannabis que sólo producen CBD, otras que sólo producen THC, y algunas que producen ambos cannabinoides en partes iguales (50% de THC, 50% de CBD, o como se denomina en las genéticas de cannabis: de ratios de niveles de THC y de niveles de CBD equivalentes - ratios 1:1 o 5:5 o 20:20, por ejemplo-).

Detallamos a continuación algunas de sus propiedades, y las relacionamos con algunas enfermedades para las que podrían ser potencialmente beneficiosas.

Propiedades medicinales del THC y para qué enfermedades podrían ser beneficiosas 

  • Analgésicas: dolores agudos y dolor crónico, incluyendo migrañas y cefaleas.

  • Combatir las náuseas y abrir el apetito: en el paciente oncológico puede contrarrestar los efectos adversos de la quimioterapia, y ayudar a mitigar la caquexia (pérdida de peso).

  • Somníferas: en algunos pacientes disminuye los problemas de sueño, ayudando a entrar en un sueño más profundo y reduciendo los desvelos durante el descanso, por lo que puede resultar efectivo contra el insomnio. Sin embargo, en otras personas puede tener un efecto opuesto, haciendo que se pongan a “darle vueltas a la cabeza”.

  • Relajantes musculares: disminuye la espasticidad del cuerpo aliviando la tensión y rigidez muscular propia de enfermedades como el párkinson, la esclerosis múltiple, el infarto cerebral, etc.

Cómo iniciar un tratamiento con cannabis medicinal

El primer paso a la hora de iniciar un tratamiento de cannabis medicinal es buscar asesoramiento y acompañamiento médicos. Sin embargo aquí los pacientes nos topamos ya con dos problemas

El primero, y particular de España, es que no hay todavía en marcha un plan estatal de cannabis medicinal dentro del sistema de sanidad. Por tanto, si vamos a nuestro médico de cabecera o al especialista y le planteamos la posibilidad de utilizar cannabis medicinal, el profesional de la salud seguramente carecerá del conocimiento necesario para indicarnos cómo utilizarlo correctamente, no tendrá la posibilidad de darnos acceso al tratamiento, y, lo que es más importante, no dispondrá del respaldo legal para poder hacerlo.

El segundo problema, y este es ya a nivel internacional, es que, fruto de la condición de ilegalidad a la que se relegó a esta planta desde la “Convención única de 1961 sobre estupefacientes, las investigaciones científicas sobre el cannabis han sido escasas y han encontrado más obstáculos que las realizadas con otras sustancias legales. Por tanto, dados el coste y la dificultad de llevar a cabo estudios clínicos con cannabis en pacientes, su aplicación médica avanza a un paso muy lento.

Dicho esto, y sabiendo que hay pacientes que utilizan tratamientos de cannabis medicinal a pesar de este contexto, es importante que lo hagan de la mano de los profesionales que llevan años dedicando su labor profesional al cannabis medicinal. En España también existen, y desde dosemociones se trabaja estrechamente con todos ellos. 

En el contexto legislativo actual, donde no se puede acudir a un dispensario y adquirir flores de una genética determinada con un perfil de cannabinoides concreto, es muy complicado dar con el tratamiento apropiado. Si se trata de un producto comercializado (cremas, aceites, cápsulas, supositorios u óvulos vaginales), aquellos cuya formulación sea correcta y cuyo contenido haya sido adecuadamente analizado ayudarán a conseguir el efecto deseado, pero sin un acompañamiento médico existen muchas probabilidades de errar en el tratamiento.

Formas de administración del cannabis medicinal 

Existen diferentes vías de administración de cannabis medicinal: 

  • La vía sublingual, por medio de aceites.

  • La vía inhalada, mediante vaporización con un dispositivo homologado por la UE.

  • La vía ingerida, a través de infusiones y comestibles.

  • La rectal o vaginal, por medio de supositorios u óvulos vaginales.

  • La tópica, mediante cremas y pomadas.

Como se ha explicado anteriormente, los cannabinoides son unos compuestos químicos que actúan en receptores específicos del sistema nervioso y modulan ciertas funciones fisiológicas de nuestro organismo. Se clasifican en endocannabinoides (los producidos de manera endógena en los animales), los fitocannabinoides (que se encuentran en las plantas de cannabis), y los cannabinoides sintéticos (producidos en laboratorios)

Aunque algunos de estos compuestos pueden presentar una forma neutra y otra ácida, en la planta del cannabis THC y CBD no aparecen en su estructura neutra. Dichos fitocannabinoides, generalmente considerados los principales compuestos con poder medicinal de la planta, se concentran fundamentalmente en las flores, concretamente en unas protuberancias que presentan las mismas llamadas tricomas, y lo hacen únicamente en su forma ácida, como THCA y CBDA.

Esto presenta un inconveniente, y es que los cannabinnoides ácidos no tienen la capacidad de interactuar con los receptores cannabinoides, por lo que es necesario “activarlos” previamente para que adquieran esta facultad y, en consecuencia, la de generar sus capacidades terapéuticas.    

Los productos de consumo derivados del cannabis ya ofrecen la versión neutra de los cannabinoides. Los aceites o cremas comercializados, por ejemplo, son de CBD, no de CBDA. Pero no ocurre lo mismo en el caso de las flores secas o de la planta en sí: en estos casos se presenta en forma de CBDA, y para convertir los fitocannabinoides de su forma ácida a la neutra hay que someterlos a un proceso de descarboxilación sometiéndolos a calor. 

Raphael Mechoulam, el científico sin el que no puede hablarse cannabis medicinal

En la actualidad  hay muchos investigadores y científicos dedicados a la investigación de los cannabinoides y su aplicación medicinal. Sin embargo hay uno sin el que ninguno de los avances que se han logrado habría sido posible, sin el que no se hubiera llegado hasta aquí y sin el que el cannabis medicinal profesionalizado sencillamente no existiría. Él es Raphael Mechoulam, un químico israelí que aisló y sintetizó por primera vez un compuesto del cannabis. Ocurrió en los años 60, y a ese descubrimiento siguió el del sistema endocannabinoide, el del CBD o el de algunas de las aplicaciones médicas de estos compuestos. 

Así, abrió el camino a todas las investigaciones que han seguido desde la fecha hasta hoy, porque, aun cuando ya había testimonios de las propiedades del cannabis, esa sabiduría popular se limitaba a una extensa bibliografía milenaria donde había historias de utilización de cannabis con fines terapéuticos pero ninguna evidencia científica. Además, se hablaba de cannabis, pero no de qué principios activos eran esos que disminuían el dolor o mitigaban las migrañas. Se sabía que el cannabis mejoraba algunos problemas fisiológicos, pero no el porqué ni el cómo

Y él los descubrió. Fue el primero en encontrar esos principios activos (cannabinoides), aislarlos del resto de los compuestos de la planta, sintetizarlos e investigar cómo su consumo influía en el organismo. No en vano se le denomina el padre de la investigación en cannabis.